La información de personas al servicio de las personas


En un Estado moderno, la gestión y uso eficiente de la información en materia de personas es una necesidad. ¿Cómo avanzar en construir más mérito en el Estado si no contamos con evidencia que nos permita promover a quienes en justicia lo merecen? Por ello, el Servicio Civil se propuso avanzar en mejorar la calidad de la información en gestión de personas, que permita al gobierno central tomar mejores decisiones de política pública y a cada una de las Subsecretarías y Servicios usarla para tomar cotidianamente decisiones de gestión, en el marco de la implementación descentralizada de las Políticas de Gestión de Personas.

En un Estado moderno, la gestión y uso eficiente de la información en materia de personas es una necesidad. Resulta esencial tanto para el diseño de políticas públicas como para la toma de decisiones cotidianas. Por ejemplo, ¿cómo avanzar en construir más mérito en el Estado si no contamos con evidencia que nos permita promover a quienes en justicia lo merecen? Esto, que suena trivial, siempre ha sido un desafío para el Estado. Parece casi una obviedad, pero si la información no es confiable ni oportuna, entonces carece de todo sentido y los esfuerzos destinados a registrarla y consolidarla pierden valor.

¿La solución? Grandes sistemas dirán algunos. A nuestro juicio, muchas veces la creación de soluciones locales, simples y de bajo costo son incluso más eficientes. Pero los sistemas, más o menos sofisticados, son sólo un medio, lo relevante es el diseño inteligente de estrategias que permitan usar los datos existentes para generar valor público. Y ello requiere como motor central el impulso de cada una de las autoridades en las Subsecretarías y Servicios Públicos por promover el uso de la información para definir prioridades, controlar la gestión y tomar decisiones.

Conscientes de este escenario, en el marco de nuestra estrategia 2010-2014, el Servicio Civil se propuso avanzar en mejorar la calidad de la información, que permita al gobierno central tomar mejores decisiones de política pública y a cada una de las Subsecretarías y Servicios usarla para tomar cotidianamente decisiones de gestión.

Hasta ahora, no existía información sustantiva que nos permitiera evaluar el desarrollo y avance en la implementación de políticas y prácticas de gestión de personas, más allá de los datos formales derivados de los desaparecidos Sistemas de Capacitación y de Evaluación del Desempeño, del PMG. Luego del esfuerzo persistente de los últimos años del Servicio Civil y el Ministerio de Hacienda con iniciativas como “ChileGestiona”, que promueve la supervigilancia de las Subsecretarías sobre los servicios públicos relacionados; el primer “Barómetro de la Gestión de Personas en el Estado” 2013, que mide el estado de desarrollo de las prácticas de gestión de personas; los “Convenios de Asesoría Estratégicas” impulsados por el Servicio Civil con instituciones públicas (19 convenios a la fecha, con una cobertura aproximada de 40.000 funcionarios); los nuevos “proyectos piloto” de capacitación y gestión del desempeño y la nueva iniciativa para evaluar la calidad de los proveedores del Estado en consultoría y gestión de personas, tenemos información de mayor calidad y periódica que nos permite conocer el estado de la Gestión de Personas y a partir de ello avanzar en mejoras y optimizaciones.

Pero la información consolidada allí carece de valor si no es devuelta a quienes más la necesitan: las personas y las instituciones. Por ello, nos encontramos trabajando en una batería de reportes que aprovechan los datos existentes en diversos ámbitos como reclutamiento y selección, desempeño individual, capacitación y movilidad. Esperamos que estos reportes, inicialmente orientados a las 18 Subsecretarías que participan de ChileGestiona, sean de utilidad para orientar la toma de decisiones en las Subsecretarías y Servicios en materia de gestión de personas.

¿Es suficiente con esto? En ningún caso. Creemos firmemente que es imperativo fortalecer la coordinación entre las instituciones del nivel central, con el fin de evitar duplicidades en la solicitud de información y reducir la carga burocrática de los Servicios Públicos. No es posible seguir avanzando sin este círculo virtuoso entre el impulso decidido desde el nivel central por simplificar la vida de los Servicios y promover el análisis de la información, y el esfuerzo de los Servicios públicos por utilizar estos datos para la gestión cotidiana. Por ello, aspiramos a seguir instalando capacidades en los servicios públicos, que permitan de manera descentralizada implementar mejores políticas y prácticas de gestión de personas, y que para ello encuentren el apoyo y las directrices del Gobierno central. No necesitamos demasiado para contar con información relevante y oportuna en beneficio de todos, sólo es una cuestión de prioridades.

 

Alejandro Weber P.
Subdirector Desarrollo de las Personas, Servicio Civil.